noviembre 21, 2024 6:44 am

Los “Hillarys” Mexicanos

Luis Carlos Rodríguez González

La escatológica campaña presidencial de Estados Unidos se definirá esta semana en medio de denuncias en contra del empresario y candidato republicano, Donald Trump de acoso sexual, evasión de impuestos, racismo y misoginia. De lado de la demócrata Hillary Clinton se le achaca uso indebido de información de seguridad nacional y hasta del pasado amoroso de su esposo y ex presidente Bill Clinton.

Más allá de esta guerra de lodo, donde México salió manchado en los discursos de Trump y a cuya campaña fue literalmente relanzada por el presidente Enrique Peña Nieto con la invitación que le hizo a Los Pinos, la actitud de gran parte de la clase política mexicana, de todos los partidos, es de pena ajena.

Si bien un eventual triunfo Trump, quien ha señalado que de ganar construirá un muro en la frontera con México que deberán pagar los mexicanos, así como un programa de deportaciones masivas y persecución de indocumentados, ello no dista en nada de la política que en este tema realizó Barack Obama con su secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Algunos datos de los “deportadores en jefe” Obama-Clinton: Desde 2009 y hasta el pasado mes de julio la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) contabilizó 2 millones 768 mil 357 deportados. Cifra que habría que añadirle los deportados entre el 1 de agosto y el 20 de enero de 2017, con lo que fácilmente rondará los 3 millones.

Es fue el doble discurso y la oferta de campaña del demócrata Obama con los latinos fue a favor de una Reforma Migratoria que nunca se cumplió y sólo quedó en algunos “alivios migratorios”. Muchos de esos deportados no eran criminales y se fomentó la separación de las familias, muchas de ellas mexicanas.

Muchas de esas deportaciones tuvieron como marco legal dos reformas impulsadas por el gobierno de Bill Clinton, hace 20 años, las cuales endurecieron radicalmente las leyes de deportación y dificultaron la legalización de muchos inmigrantes.

Ahora resulta que Doña Hillary Clinton es la esperanza de México. Cuando fue Primera Dama no frenó, ni criticó las reformas contras los migrantes y después como Secretaría de Estado de Obama fue eje importante del plan de redadas

masivas, separación de familias y deportaciones que ronda los 3 millones de personas.

De pena ajena nuestros senadores, de todos los partidos, lo mismo los del PRD, Dolores Padierna y Zoé Robledo; la panista, Mariana Gómez del Campo o la del PRI, Hilda Flores, quienes en la sesión del pasado viernes se enfundaron en una sudadera azul con la leyenda “Hillary For President 2016”.

A los “Hillarys Mexicanos” les preguntamos: Dónde quedó la Doctrina Estrada, el principio de no intervención en la política de otros países. Que tal sin el 2018 vemos a demócratas apoyando a Miguel Osorio Chong o los republicanos con playeras en favor de la campaña de Margarita Zavala o desde la tribuna del Senado estadunidense discursos de repudio a Andrés Manuel López Obrador.

Al parecer nuestros gobernantes, políticos y legisladores tienen ansias de que llegue el 2018 y buscan reflectores en campañas ajenas, ya que reciben a candidatos presidenciales en Los Pinos, hacen proselitismo sin rubor y evidentemente sin conocimiento a favor de una candidata o repudian a otro.

Donald Trump definitivamente está loco y muchas de sus propuestas ya se han aplicado desde hace varias décadas con el reforzamiento del muro fronterizo, la militarización de la frontera y deportaciones masivas. Pero Hillary en sus cabales puede romper los records de deportaciones de Obama. Tal Cual. www.theexodo.com

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