Luis Carlos Rodríguez González
El heroísmo de miles de ciudadanos, de rescatistas nacionales y extranjeros, de integrantes de la Cruz Roja, Marina, Sedena y otras instituciones después del sismo del 19 de septiembre es de destacarse. Lo mismo una humilde señora descalza que en Morelos fue a donar una bolsa de frijol que los artistas y futbolistas mexicanos y extranjeros que han enviado ayuda para los damnificados.
Destacan el futbolista portugués Cristiano Ronaldo quien donó 14 millones de pesos para labores de reconstrucción y alimentos para las víctimas; el piloto Checo Pérez aportará 3 millones de pesos; y la cantante Katy Perry quien donó medio millón de dólares, además envió agua, víveres y medicamentos.
La contraparte de la miseria la protagonizaron políticos y funcionarios mexicanos de todos niveles, quienes no sólo los que por medio de los “moches”, de la corrupción, dieron permisos para permitir construir edificios en zonas de riesgo, con malos materiales o diseños, sino también lo que emergieron de los escombros de la tragedia para simular ayuda, para donar “mil pesos” o para lucrar con las despensas.
Por qué en todas las zonas siniestradas de la Ciudad de México los rescatistas clamaban por picos, palas, lamparas, pilas, cortadoras, casas de campaña. Todo salió de las casas o bolsillos de los ciudadanos. No parece ridículo que ninguna dependencia como Hacienda, Segob, Sedesol, Sedatu, la misma Marina, Sedena, el Gobierno de la Ciudad de México o las delegaciones que tienen bodegas con todos estos materiales o por lo menos dinero, una “caja chica” para comprarlos ante una emergencia como la ocurrida pero optaron por guardarlos.
No sólo ello, sino aquellos funcionarios que aprovecharon y siguen aprovechando los reflectores de la tragedia que dejó el sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de México y otras entidades, para mandarse diseñar “chalecos” especiales tipo rescatista para aparecer en la televisión. Caso específico el del secretario de Educación, Aurelio Nuño.
El funcionario acostumbrado a los finos trajes de diseñador, no perdió oportunidad para seguir luciendo totalmente “Palacio” y primero se mandó hacer chalecos grises con su nombre, cargo y emblema de la SEP, los cuales los utilizó en Oaxaca, Chiapas y la Ciudad de México. En los últimos días copió el diseño de los que utilizan los rescatistas de la Marina y con el mismo color azul marino sólo mandó colocar en grandes letras blancas “SEP” como si se tratara de alguien que tomó la pala y el pico para rescatar personas.
Miguel Angel Mancera, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, con un sueldo anual de 1 millón 548 mil pesos anuales, así como dueño de la cadena de cafeterías Bisquets Obregón” que a
diferencia de muchos restaurantes y fondas, no regaló ni un vaso de agua a rescatistas y damnificados, se atrevió a anunciar que donaría “mil pesos” a los damnificados.
En redes sociales le llovió a Mancera quien también se mandó diseñar sus chalecos negros y rosas para lucir fashion durante los días posteriores al sismo para lucir como un rescatista “metrosexual”.
“Con un sueldo de más de 100 mil pesos al mes y propiedades por más de 40 millones… Mancera presumió su donación”, ironizó el usuario de Twitter @SinDespierta. Otros en redes sociales hablaron de su miserable donativo: “Pues con la nueva de Mancera, no lo creo jajajaja él y su “dadivoso” donativo de $1000…jajajajajaja hasta peca de imbécil”, señaló el usuario de twitter @Arcalim4.
A nivel presidencial también se denotó la forma en que se organizan los donativos y envíos de despensas vacías, para posar para las cámaras. En un evento en la sede nacional del DIF, el presidente Enrique Peña Nieto, acompañado de la Primera Dama, Angélica Rivera, invitó a reporteros hacer una cadena humana y cargar las cajas con ayuda para los damnificados. Sólo dos comunicadores le hicieron segunda. El presidente Peña cargó con una mano una caja que debería pesar unos 20 kilos. “Está no tiene nada, es de bebé” trató de justificar el mandatario ante el evidente montaje.
Otros miserables de menor monta. Graco Ramírez y sus funcionarios prácticamente secuestrando y robando la ayuda que llegaba de otros estados a los damnificados de Morelos. Avelino Méndez, delegado de Xochimilco, haciendo lo mismo con brigadistas que trataban de llevar comida y agua a San Gregorio. O Rosario Robles, clamando a los ciudadanos que donen casas de campaña o lonas, a sabiendas de que tenemos un gobierno de dispendios, con las bodegas llenas de ayuda internacional, de altos funcionarios con sueldos millonarios que no se han dignado a donar ni un peso. Miserables. Tal Cual. www.theexodo.com
TAL CUAL