diciembre 2, 2024 2:36 am

Tal CualLuis Carlos Rodríguez González

Han pasado prácticamente 20 días, tres semanas, desde el sismo del pasado 19 de septiembre que devastó decenas de edificios en la Ciudad de México y derivó en un saldo preliminar y oficial de 228 personas fallecidas.

Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, hace malabares para decir que hay 154 carpetas de investigación en las Fiscalías de Cuauhtémoc, Benito Juárez y Coyoacán y del Medio Ambiente, por la pérdida total o daños a inmuebles adquiridos con una antigüedad no mayor a cinco años y en los que las constructoras o directores de obra, pudieran tener alguna responsabilidad penal.

Pero ni en el caso más emblemático que dejo el sismo de 7.1 grados de la escala Ritcher, el Colegio Enrique Rébsamen, donde fallecieron 19 menores y 9 adultos, existe hasta el momento un sólo responsable, ni un detenido. Ni la directora del plantel, Mónica García Villegas, ha declarado, ni los funcionarios o ex funcionarios de la Delegación Tlalpan o del propio gobierno que encabeza Mancera que otorgaron licencias, que solaparon obras. Así de lenta, tortuosa, infame e impune es la justicia en la Ciudad que presume en spots el Jefe de Gobierno.

El “boom inmobiliario” que presumía hasta hace algunos meses Mancera, ahora lo encamina a nuevos negocios de las mismas constructoras que defraudaron y provocaron muertes, pero ahora en labores de reconstrucción. Nuevo negocio de fin de sexenio, ahora que la candidatura presidencial se aleja con el tufo de la corrupción.

El Jefe de Gobierno, como parte de esta buena relación con las constructoras, suprimió el 10 de noviembre del 2016 en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México, una serie de artículos propuestos por colegios y asociaciones de arquitectos, que buscaban a terminar con la figura de los Directores Responsable de Obra (DRO), así como anomalías y casos de corrupción en la supervisión de obras. No se entraron en vigor por decisión de Mancera y con ello la impunidad prevalece después del sismo.

Ni el Atlas de Riesgos de la Ciudad de México, en cual ha sido solicitado por más de un centenar de ciudadanos en los últimos años ha querido transparentar Mancera. Incluso recurrió al coordinador del PRI en el Senado, Emilio Gamboa, para pedirle que se retira un punto de acuerdo presentado por la senadora Verónica Martínez Espinoza donde se le exhortaba hacer público dicho instrumento, ello bajo el argumento de que se podría acceder a ubicación de instalaciones estratégicas como plantas de CFE, ductos de Pemex o el Sistema Cutzamala.

Mancera se limitó a presentar un remedo de Atlas de Riesgos que expone un aparato denominado “Sismo del 19 de septiembre”, donde se señalan los inmuebles colapsados y las zonas de mayor afectación, las cuales coinciden con la llamada “zona de transición” (zona II), entre el subsuelo firme

(zona I) y del antiguo Lago (zona III). No hay referencia o correlación con el “boom inmobiliario” de sus cinco años de gobierno.

En el Concierto “Estamos Unidos Mexicanos” que se realizó este domingo 8 de octubre en el Zócalo capitalino para recaudar fondos para los damnificados, la cantante mexicana Julieta Venegas les envió un mensaje con claro destinatario a Mancera y al propio presidente Enrique Peña y pidió a los mexicanos “fijarnos en los gobernantes que tenemos, en cómo se desaparecen en momentos de crisis”.

Hasta en el extranjero se percibe ese tufo de corrupción tras los escombros del sismo y la cantante chilena, Mon Laferte, en el mismo concierto, resumió ese sentir y lo que se piensa en el mundo de nuestros gobernantes como Mancera y de otros funcionarios federales: “Señores gobernantes deberían sentirse orgullosos de su pueblo, deberían ser y estar a la altura de la gente y del pueblo que tienen”. Tal Cual. www.theexodo.com

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