abril 24, 2024 4:27 pm

The Éxodo / Luis Carlos Rodríguez González

La reforma impulsada por el gobierno mexicano y aprobada por el Congreso de la Unión que buscaba revalidar los estudios a los jóvenes deportados por la administración de Donald Trump, es literalmente en “letra muerta”, una farsa.

Dicha reforma promocionada por el entonces secretario de Educación, Aurelio Nuño, hoy flamante vocero de la campaña presidencial de José Antonio Meade, así como de otros políticos como el senador con licencia y también aspirante presidencial, Armando Ríos Piter, planteaba agilizar los trámites para la revalidación de estudios de los dreamers, estudiantes migrantes repatriados de Estados Unidos.

La reforma se derivó de la iniciativa del presidente Enrique Peña, quien el día de la promulgación el 21 de marzo del 2017, dijo que la misma y otras acciones buscaban integrar a los connacionales repatriados tras las políticas migratorias de Donald Trump.

Además se proponía quitar trabas burocráticas, eliminar requisitos como las traducciones oficiales y los antecedentes académicos, facilitar el ingreso de los estudiantes al sistema educativo nacional “bajo un principio de confianza, aun cuando carezcan de documentos académicos o de identidad, para garantizar la movilidad de quienes deciden continuar su enseñanza “desde preescolar hasta la universidad”, presumió Peña Nieto.

A casi un año de esta en vigor esta reforma ha sido un fiasco, una farsa mediática, ello de acuerdo a especialistas, organizaciones de deportados, “dreamers” que se encuentran en México y que no han podido revalidar ni siquiera los estudios de un niño de kínder garden, mucho menos de estudiantes de universidad o posgrado que fueron deportados en los últimos meses por el gobierno de Donald Trump.

Israel Concha, director de la Asociación New Comienzo, indicó que los “dreamers” que están regresando, que están siendo deportados o que regresan con sus padres que fueron deportados a México están batallando de forma terrible con la burocracia.

“Cuando hemos tenido juntas con la SEP, con directivos de la SEP nos dicen: Mira Israel, es muy fácil el tema de la revalidación de estudios, sólo dale click aquí en este link y ya está. Pero eso no es así”, dijo el ex migrante y ahora defensor de los deportados.

“Hicimos una prueba con 20 casos de personas o dreamers deportados, desde la Secundaria, Preparatoria, Universidad y hasta gente con Doctorado, hasta el momento, meses después, cero personas han podido revalidar sus estudios”, aseguró.

José emigró a California cuando tenía dos años junto con toda su familia. Vivió sin problemas por 16 años. Hace unos meses fue deportado y llegó solo a la Ciudad de México donde ninguna autoridad ni federal, ni de la capital lo recibió. La Asociación New Comienzo lo apoyó.

Quiere seguir sus estudios de preparatoria, pero ha sido una misión imposible lograr vencer a la burocracia de la Secretaría de Educación Pública y del Gobierno de la Ciudad de México, a pesar de la tan promocionada reforma a favor de los “dreamers”.

Leticia Calderón Chelius, investigadora y académica del Instituto Mora, dijo que la SEP “cacareo” mucho el tema de la revalidación de estudios, de los apostillados, del apoyo a los dreamers, de la reforma aprobada, pero en la práctica no se ha hecho nada.

Diego Miguel María, de la organización “Deportados Brand”, comentó que fue deportado hace año y medio, todavía durante el gobierno de Barack Obama, e inició en la Ciudad de México junto con otros cuatro ex migrantes una pequeña fábrica de serigrafía y playeras con mensajes en favor de los derechos de los mexicanos que viven en Estados Unidos.

Lamentó la carencia de apoyo de las autoridades de la SEP y de otras instancias gubernamentales en favor no sólo de la revalidación de estudios de los “dreamers”, sino también los prometidos empleos bien pagados y la certificación de oficios que se decía se haría en favor de los mexicanos que fueran deportados.

Expuso que muchos de los cientos de mexicanos que arriban al Aeropuerto de la Ciudad de México cada semana son personas de más de 30 años, que vivieron por 10 o 20 años en Estados Unidos, que tienen un oficio, experiencia laboral, pero no cuentan con documentos que lo ampare y se están enfrentando al desempleo, al abandono. “Es muy complicado que consigan un empleo en México”, lamentó. www.theexodo.com

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