POR: LUIS CARLOS RODRIGUEZ GONZALEZ
El presidente Donald Trump busca poner orden en el tema migratorio. Quiere frenar el éxodo de centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza. Amenaza vía Twitter con terminar con el TLCAN y no respaldar las reformas en favor de los dreamers, en su mayoría mexicanos.
Sólo hay un detalle. Así como Trump defiende la soberanía y autodeterminación del Gobierno de Estados Unidos para construir un muro fronterizo con México, nuestro país también es libre de permitir el libre tránsito o por lo menos dar una tregua policial y militar al éxodo de alrededor de 1,500 hondureños, salvadoreños y guatemaltecos que conforman el llamado “Viacrucis Migrante 2018” que viajan hacia al norte.
La furia de Trump derivó de un amañado y tendencioso reportaje que transmitió el domingo Fox News, donde se asegura que hordas de centroamericanos están transitando por México para cruzar de forma ilegal la frontera con Estados Unidos.
“México está haciendo muy poco, si no es que NADA, para evitar que las personas lleguen a México a través de su frontera sur y luego a Estados Unidos”, señaló Trump este lunes en su cuenta de Twitter.
Nada más falso. El Gobierno de Enrique Peña Nieto ha roto, para satisfacer a Trump, todos los récords en materia de detenciones y deportaciones de centroamericanos. Sólo un dato: El Observatorio Consular y Migratorio de Honduras (Conmigho) expuso que en 2017 un total de 48 mil 020 hondureños fueron deportados desde México. De ellos 4 mil 474 eran niños.
En contraparte las autoridades migratorias de Estados Unidos deportaron en 2017 sólo a 20 mil 841 hondureños, entre ellos 20 mil 643 adultos y 198 menores de edad. Es decir 5 mil 802 menos deportados que los que logró México en 2017 a través de su Plan Frontera Sur.
De qué se queja Trump si el trabajo sucio se hace y muy bien aquí en México. Le molesta que en plena Pascua un grupo de migrantes viaje a la frontera norte en busca de asilo y para denunciar la grave situación que se vive en el llamado Triangulo del Norte -Honduras, El Salvador y Guatemala-, así como la política antinmigrante que realiza el gobierno mexicano y su pasividad ante los secuestros y asesinatos por parte del crimen organizado.
La tibia respuesta del Gobierno de México, primero vía el canciller Luis Videgaray y luego por parte del secretario de Gobernación, quien aseguró que ya acordó con su par estadounidense, Kirstjen Nielsen, analizar vías para atender los flujos migratorios tras fuertes críticas del presidente estadounidense Donald Trump.
Es decir, en los próximos días se radicalizarán los operativos del Instituto Nacional de Migración y de autoridades federales para frenar este tipo de caravanas simbólicas. Lo dicho, Donald Trump, patalea, ordena y manda en México. Un Twitter ponen a declarar y trabajar al gabinete, incluido al presidente Enrique Peña. Penosa Pascua mexicana. www.theexodo.com