diciembre 2, 2024 4:32 am

TAL CUALLuis Carlos Rodríguez González

A pesar de los millonarios viajes de los consejeros electorales al extranjero, principalmente a ciudades como Nueva York, Chicago, Washington y Los Angeles, así como al dispendio de recursos en medios de comunicación de Estados Unidos, nuevamente el llamado voto en el extranjero para las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio son la crónica anunciada de un nuevo fracaso.

Se tiene previsto que de un potencial de 11 millones de mexicanos que radican en Estados Unidos, sólo participen, en el mejor de los escenarios, 181 mil 256 paisanos.

Y ello gracias a que el INE avaló un acuerdo para “inflar” en 8 mil el número de votantes tan sólo en Estados Unidos de posibles votantes quienes tramitaron su credencial de elector pero no manifestaron por escrito o vía telefónica su intención de sufragar. Es decir, a pesar de que no tienen la intención de votar, el INE les enviaría vía postal, las boletas para que elijan al próximo Presidente de la República.

De nada sirvieron los constantes y nada baratos viajes de la Comisión Temporal del Voto de los Mexicanos Residentes en el Extranjero del Instituto Nacional Electoral (INE), que preside Enrique Andrade, ni las campañas en medios estadunidenses pagadas en dólares, ni la publicidad en partidos de futbol, en programas de radio y en periódicos. Al final, un reverendo y anunciado fracaso.

Los paisanos interesados en votar más los 8 mil “anexados” o “inflados” en la Lista Nominal de Electores Residentes en el Extranjeros que quedó en 181 mil 256 mexicanos se divide de la siguiente forma: Estados Unidos con 152 mil 337; Canadá con 6 mil 960; España con 3 mil 637; Alemania con 3 mil 147; Francia con 2 mil 464 y Reino Unido con 2 mil 199.

De acuerdo con cifras del mismo Instituto Electoral, los estados con más mexicanos registrados por origen están la Ciudad de México con 28 mil 179; Jalisco con 15 mil 793; Michoacán con 13 mil 339; Guanajuato con 10 mil 758 y el Estado de México con 9 mil 668.

El consejero del INE, Enrique Andrade, todavía en agosto del 2017, realizaba cuentas alegres sobre este tema y decía que las solicitudes de credenciales mexicanos en el extranjero iban en aumento y que los potenciales votos en los comicios del próximo año podría llegar hasta 700 mil, por lo que el llamado “voto foráneo” podría decidir los comicios presidenciales del 2018. Como no.

Cabe recordar que en las elecciones presidenciales del 2012 sólo votaron 40 mil 174 mexicanos desde el extranjero. Cada voto foráneo en esa elección tuvo un costo, de acuerdo al INE, de 4 mil 065 pesos, con un monto global de 203.1 millones de pesos. Cada voto ejercido en México en ese año tuvo un costo de 65 pesos.

Tan sólo en el 2017 el INE aprobó un presupuesto de 170 millones de pesos para producir 500 mil credenciales para el voto en el extranjero, con lo que se estimaba que cada voto foráneo en el 2018 tendría un costo de alrededor de 8 mil 500 pesos. Tal vez el más caro del mundo si se le suma que los votos que se contabilicen ni siquiera lleguen a los 100 mil.

Por cierto, uno de los ideólogos del fracasado voto en el extranjero en el 2012 y que se dio vida de rey viajando no sólo a Estados Unidos, sino también a Europa y a Sudamérica para” estudiar” y promover el voto foráneo, era el entonces consejero del INE, Francisco Guerrero, ahora flamante asesor de Estrategia y Debate del candidato presidencial José Antonio Meade.

Es decir, no hay rubor de pasar de un supuesto instituto con carácter ciudadano, electoral, a la militancia partidista. Bendita democracia mexicana que permite pasar de ser el árbitro electoral a asesor, mapache y matraquero de campaña de un candidato. Tal Cual. www.theexodo.com

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