diciembre 2, 2024 5:19 am

The Exodo/Luis Carlos Rodríguez González

Un equipo conformado por hijos de migrantes y refugiados africanos y caribeños llevó a Francia a ganar su segunda Copa del Mundo y demostró que contrario a las políticas antinmigrantes y xenofóbicas que campean en Europa y Estados Unidos, el éxodo que se vive en muchas naciones a causa de conflictos religiosos, económicos, políticos y sociales ha enriquecido no sólo el deporte, sino también a la economía, la sociedad, gastronomía y la cultura de diversos países receptores.

Una Francia con sabor africano, haitiano, caribeño y migrante es la que levantó el domingo la Copa del Mundo. Sólo solo 4 de sus 23 jugadores tienen padre y madre nacidos en la Francia continental, entre ellos su capitán, el portero Hugo Lloris. Otros dos son de ascendencia de las antillas francesas, en el Caribe: Raphaël Varane, con padre de Martinica; y Thomas Lemar quien nación en Guadalupe.

Asimismo con orígenes caribeños también están Presnel Kimpembe, de madre haitiana. Su padre es de la República Democrática del Congo.

Paul Pogba, una de las estrellas del seleccionado francés nació en los suburbios parisinos de Lagny-sur-Marne. Sus padres son originarios de Guinea y emigraron a Francia en el marco de la crisis de refugiados en 1990.

Los padres de Pogba vivieron lo que muchas familias mexicanas y centroamericanas han pasado en los últimos meses y años. Dejaron en Guinea a sus hijos mayores y gemelos, Florentin y Mathías, hasta que nació el actual campeón del mundo el año de 1993. Así pudieron obtener la residencia francesa e ir por el resto de la familia a África para reunificarse.

Otros de los hoy campeones del mundo nacieron en África como son Samuel Umtiti, en Camerún. Siendo Samuel el más pequeño de una familia de cuatro niños. Con dos años, su familia se establece en la ciudad francesa de Lyon. Ahí empieza a practicar el fútbol a los cinco años.

Steve Mandanda, portero, quien nació el 28 de marzo de 1985 en Zaire. Emigró a Francia cuando era un adolescente. Actualmente es portero del Club Olympique de Marsella y se ganó el apodo de “Frenchie” entre sus familiares por haber elegido jugar para la selección francesa de fútbol en lugar de Congo, su país de nacimiento.

Ousmane Dembélé, cuyo padre nació en Mali y su madre de ascendencia senegalesa y mauritana. Adil Rami, de marroquíes. Nabil Fekir, de argelinos. N’Golo Kanté y Djibril Sidibé, de ascendencia maliense. Benjamin Mendy, de senegaleses. Desde la caribeña Haití hasta Filipinas, pasando por Portugal, Martinica, Guadalupe, Guinea, Togo, Senegal y Camerún, son el crisol de naciones y migrantes que aportaron para ganar la Copa del Mundo Rusia 2018.

Francia es una nación con una amplia historia de colonialismo e inmigración. Al respecto el escritor Abdourahman Waberi –francés nacido en el estado africano Djibouti– declaró hace unos días al diario español “El País” que podría hacerse una historia social de Francia estudiando a la selección y clubes de fútbol.

“En los años cincuenta había jugadores con nombres polacos. Luego llegaron los italianos. En los años 70 y 80 vemos nombres italianos y españoles. Y a partir de los años 80 y 90 tenemos a los hijos del África poscolonial, tanto árabes como del área subsahariana”, expuso Waberi.

“Ésta es la Francia de la diversidad. Eso la hace bonita, tener hermosos colores, de diversos orígenes, así es la Francia de hoy con muchos colores”, declaró Paul Pogba previo al partido final contra Croacia.

A pesar de ello, encuestas recientes en Francia señalan que el 57% de la población opina que hay demasiados inmigrantes en el país. Además se revela que el 80% de los ciudadanos galos deciden su voto en las elecciones con base en las propuestas migratorias.

El triunfo de Francia se da en medio de un debate y de propuestas antinmigrantes en naciones como Italia, Bélgica y Dinamarca. El mismo presidente francés, Emmanuel Macron, a pesar de corear y festejar los goles de los seleccionados de origen africano, ha presentado iniciativas para limitar a 10,000 migrantes legales por año y criminalizar la asistencia humanitaria para los migrantes.

En México, el padre Alejandro Solalinde, activista y defensor de los derechos de los migrantes centroamericanos, expuso en Twitter: “Todo el mundo lo vio: ¡El Mundial lo ganaron los migrantes! Equipo francés, equipo migrante. Europa debe sentirse orgullosa de los migrantes campeones”. www.theexodo.com

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