FOTO: @PADRESOLALINDE (INSTAGRAM)
TAL CUAL
¿Y EL PADRE SOLALINDE?
Diego Ortiz
Siempre he respetado y admirado la labor del padre Alejandro Solalinde, sobre todo en materia de protección y defensa de los migrantes centroamericanos que cruzan por México y que son hostigados por autoridades migratorias, federales, estatales, municipales, así como grupos de la delincuencia organizada y desorganizada.
Bueno, por lo menos hasta el pasado 1 de diciembre, fecha en que inició el sexenio encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Desde entonces empezó un inexplicable mutis de Solalinde en los temas que antes fueron su bandera: los migrantes y los abusos en contra de ellos.
Cercano al presidente López Obrador, promotor de su campaña electoral, el también director del albergue “Hermanos del Camino” en Ixtepec, Oaxaca, ha buscado su lugar en el Gobierno de la Cuarta Transformación, pero es evidente que no quiere incomodar a nadie con criticas a la labor de contención, detención y deportación de miles de centroamericanos y caribeños en los últimos meses.
El jesuita, quien por sus denuncias en contra de secuestros y asesinatos de migrantes por parte del crimen organizado ha tenido que salir del país en el pasado reciente, ahora voltea para otro lado ante la labor de la Guardia Nacional en su nueva faceta de “Border Patrol Mexicana” que trabaja para los mandatos de Donald Trump.
Muy incómodo debe ser para Solalinde y sus colaboradores, sus seguidores, asumir un rol institucional, de silencio, de colaboración ante lo que está pasando en el país en materia migratoria. Las críticas a gobiernos del PRI y del PAN por la Iniciativa Mérida o el Plan Frontera Sur que militarizaron está ausentes en las redes sociales, en los comunicados, en las entrevistas.
Más preocupado por la elección de Martí Batres en el Senado o en la liberación de una mujer acusada de secuestrar al hijo de Isabel Miranda de Wallace, el religioso mexiquense da tumbos entre las huestes de Morena y lo mismo recomienda quién debe ser la próximo titular de la CNDH que critica al Poder Judicial.
Políticos como Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados o el periodista Carlos Payán, ahora son los críticos en el tema de las políticas migratorias, señalando que México se convirtió en el “gendarme” de Estados Unidos. Ello frente al silencio del otrora defensor de los migrantes y ganador de diversos premios en materia de derechos humanos.
Alejandro Solalinde poco le sirve así al país y mucho menos a la Cuarta Transformación. No es su papel encabezar marchas contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ni hablarle al oído a López Obrador para recomendar funcionarios, más cuando se vive una crisis migratoria en el país, con estaciones convertidas en virtuales cárceles, cientos de detenciones y deportaciones diarias, así como el crimen organizado aprovechando que los centroamericanos viajan por rutas más peligrosas para no ser detenidos. Se extraña a aquel Padre Solalinde. Tal Cual.
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