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Tal Cual
México: Paraíso de Herodes e Impunidad
Diego Ortiz
Cada día cuatro menores son asesinados en México. Somos como el paraíso de Herodes. Acribillar niños en toda la geografía nacional parece ya no importarle a nadie en las esferas del poder. Un simple mensaje de condolencias, el ritual de la promesa de investigar y a esperar la próxima tragedia, la siguiente matanza de menores. Así estamos.
Ya no es tiempo de culpar a los gobiernos anteriores por los “daños colaterales” o la “guerra contra el narco”. Estos muertos, estos niños acribillados de la familia Lebarón ya son responsabilidad de la actual administración. No pueden seguir culpando al pasado, postergando una verdadera estrategia que acabe con esta barbarie e impunidad, más allá de frases chuscas.
Seis niños de la familia Lebarón que fueron acribillados junto con sus madres, tres mujeres, así como por lo menos otros seis menores heridos, en cualquier país democrático derivaría por lo menos en renuncias de funcionarios ineptos que no pueden o no quieren frenar la violencia que provocan los cárteles de la droga por la disputa por territorios, la corrupción y colusión con autoridades.
Aquí no pasa nada. El pasado 30 de octubre en la Alcaldía de Iztapalapa, Ciudad de México, dos sujetos armados llegaron a una fiesta infantil y dispararon contra los asistentes. Un menor y dos adultos fallecieron. Al menos otros seis niños con heridas. El caso ni siquiera mereció un comentario del Gabinete de Seguridad que se reúne todos los días para analizar la violencia en el país.
En Guadalajara, un día después, el 1 de noviembre, un niño de 12 años y otro de 9 resultaron heridos de bala mientras pedían ‘calaverita’ en la noche de Halloween. Uno recibió un impacto en un brazo y el otro en una pierna.
No son casos aislados. Los cárteles de la droga, sus sicarios, ya rompieron todos los códigos o las reglas no escritas. El gobierno federal no puede esperar a que con dádivas económicas a jóvenes y la promesa de empleos se vaya a pacificar el país.
La Organización Save The Children expuso hace unos días que el riesgo de que un niño, niña o adolescente sea asesinado en México es mucho mayor que en países en las que existe un conflicto armado como Palestina o Siria. Cifras oficiales muestran que en territorio mexicano cada día mueren cuatro menores de edad a causa de la violencia.
La Red por los Derechos de la Infancia (REDIM) advirtió que los ataques contra niños, niñas y adolescentes pueden considerarse una muestra del fracaso de la estrategia de seguridad federal, basada en el “humanismo” que encabeza el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con datos de REDIM, en México se asesina a tres niños y niñas al día, y cuatro más desaparecen. El Caso Lebarón, añade esta red, muestra “un patrón de violencia del crimen organizado, que busca generar mayor control de los territorios en guerra, usando el terror y teniendo garantía de impunidad. Recordamos que de cada 100 carpetas de investigación donde niñas, niños y adolescentes son víctimas, sólo tres alcanzan algún tipo de justicia”.
En el mundo la noticia de la masacre de la familia Lebarón es nota de primera plana, de indignación. Aquí el debate es otro, es Ovidio y el operativo Culiacán, son las descalificaciones a la prensa critica, son los calificativos de conservadores, las reseñas históricas y mañaneras. Aquí vive con impunidad Herodes. Tal Cual.
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