FOTO: Ruben Figueroa
Luis Carlos Rodríguez G./The Éxodo
La nueva caravana migratoria integrada por miles de centroamericanos que intentan cruzar por México, viven un viacrucis donde han sido engañados con supuestos empleos y beneficios por parte del Gobierno de México, redadas y detenciones masivas por parte de la Guardia Nacional que incluye golpes, pedradas, patadas, descargas eléctricas, uso de gas lacrimógeno en contra de mujeres y niños, la separación de familias e incluso la aprehensión de una estudiante mexicana.
Fotografías y testimonios de militares mexicanos con el uniforme de la Guardia Nacional correteando, sometiendo en el piso o pateando a los migrantes, así como la detención de al menos 2 mil centroamericanos han dado la vuelta en los diarios nacionales y del mundo, contrastando con el discurso oficial de apoyos, empleos y un supuesto respeto a los derechos humanos.
Incluso el Instituto Nacional de Migración (INM) informó el 23 de enero que 800 personas migrantes de origen centroamericano fueron “rescatadas” por no usar el termino detenidas, en el municipio Frontera Hidalgo, luego de ingresar de manera irregular por la zona fronteriza de Chiapas.
Se agregó que funcionarios de Migración, con apoyo de la Guardia Nacional, trasladaron en 20 autobuses a las personas extranjeras a albergues migratorios, “donde son atendidas de manera personalizada y se iniciará el procedimiento administrativo correspondiente o, en su caso, procederá al retorno asistido”. Es decir, deportados.
En contraste, la estudiante mexicana, Dulce Susana Jacobo Cruz, que se integró a la caravana mirante que partió el 15 enero desde San Pedro Sula, Honduras, fue detenida y encerrada durante cinco días en la estación migratoria El Anexo, que el Instituto Nacional de Migración (INM) habilitó en la Ciudad Industrial de Villahermosa, Tabasco.
A medios nacionales y tabasqueños narró parte de la grave violación a los derechos humanos de los centroamericanos, sobre todo a los más de 800 que fueron detenidos en El Anexo: “Además de comentarios racistas por parte del personal de Migración, e incluso torturas, pues les dieron choques eléctricos a menores de edad”.
La alumna de la escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) explicó que viajaba con la Caravana Migrante como parte de su trabajo de tesis de licenciatura en Etnología, cuando fue detenida por las autoridades y tratada como una extranjera, al no poder acreditar su identidad.
Comentó que entre los comentarios racistas que atestiguó, dijo que los agentes les expresaban que “para que viajaban a Estados Unidos donde no los querían” a la par de promesas del personal del Instituto Nacional de Migración y de otras autoridades que engañaron a los centroamericanos en la frontera de El Ceibo, Tabasco, al ofrecer empleos y albergues y ocultar que serían encerrados en un centro de detención de Villahermosa.
Asimismo dijo que el motín en la Estación Migratoria de Ciudad Industrial se organizó, porque personal de Migración se estaba llevando a niñas y ellos salieron en su defensa.
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos, a una semana de iniciadas las redadas, detenciones y deportaciones masivas, continuó con sus felicitaciones al Gobierno de México por dichas acciones contra los migrantes en la frontera sur mexicana.
En su cuenta de Twitter, Mark Morgan, director interino de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, alabó a la Guardia Nacional de México por detener de “manera profesional y humana” a la caravana migrante en la frontera sur.
“México continúa honrando el compromiso de América del Norte con la migración legal y ordenada» escribió en Twitter el funcionario de la administración de Donald Trump”, apuntó el funcionario.
Por su parte, el Movimiento Migrante Mesoamericano, apuntó “la embestida contra las personas migrantes y refugiadas es global, el rechazo a las políticas de estado represoras y violatorias a los derechos humanos debe de ser unánime” al tiempo que lamentó el doble discurso de la Cuarta Transformación ante este nuevo éxodo de centroamericanos.
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