FOTO: RUBEN FIGUEROA
Médicos Sin Fronteras-The Exodo
La brutal ruta migratoria que es cruzar por México donde cada año aproximadamente 500 mil personas huyen de la violencia extrema y la pobreza en El Salvador, Honduras y Guatemala, para encontrar en territorio mexicano a grupos del crimen organizado, coludidos con autoridades, que asaltan, secuestran, extorsionan y violan a los centroamericanos que se dirigen a la frontera norte.
En un estudio de la organización Médicos Sin Fronteras se expone que
los elevados niveles de violencia en la región, conocida como el Triángulo del Norte de Centroamérica, son comparables a los de las zonas de guerra. Para los centroamericanos que han sido forzados a abandonar sus hogares, su historial de traumas a menudo se ve agravada por un continuo patrón de violencia e injusticia en los caminos que les llevan hacia el norte.
La victimización de los migrantes es común, pues sufren robos, agresiones sexuales y tortura a manos de los traficantes, e incluso son abusados por parte de funcionarios gubernamentales responsables de proteger a las personas.
Para las personas que huyen de Guatemala, Honduras y El Salvador, los países del Triángulo del Norte de América Central (TNAC), los asesinatos relacionados con pandillas, los secuestros, la extorsión y la violencia sexual son situaciones cotidianas.
“Los centroamericanos que huyen de la violencia a menudo enfrentan más de lo mismo en la ruta migratoria a través de México”, añade la organización que expone que el 39 por ciento de los pacientes encuestados informaron que los ataques o amenazas en sus lugares de origen fueron su razón principal para huir.
Asimismo el 68 por ciento de los pacientes encuestados fueron víctimas de violencia mientras estaban en tránsito a través de México y lo que es más grave es que el 31 por ciento de las mujeres encuestadas fueron abusadas sexualmente a lo largo del trayecto.
“Es la cuarta vez que trato de cruzar México, pero esto no había pasado antes”, asegura una mujer de 35 años procedente de Honduras. “Esta vez vine con mi vecino, y fuimos capturados por un grupo de delincuentes. Lo peor es que ellos también eran de Honduras. La Policía Federal era su cómplice y nos entregaron a los miembros de esta banda. A mí me violaron. Me pusieron un cuchillo en el cuello, así que no me resistí. Estoy avergonzada de decir esto, pero hubiera sido mejor que me hubieran matado”.
El informe “Forzados a huir del Triángulo Norte de Centroamérica, una crisis humanitaria desatendida”, examina los datos médicos, encuestas a pacientes y testimonios recopilados por los equipos de MSF durante dos años de atención médica directa.
Se añade que Reynosa, una ciudad fronteriza que alberga a más de 600 mil personas y se ubica en Tamaulipas, a las orillas del Río Bravo, es una parada de descanso común para muchos migrantes centroamericanos que esperan ingresar a los Estados Unidos.
También es una de las ciudades más violentas de México, afectada por un conflicto entre cárteles criminales que compiten por el territorio. La presencia de militar en las calles hace poco para aliviar la tensión, que tiene un alto costo psicológico, tanto para los residentes permanentes como para los migrantes que pasan por allí.
De acuerdo a la organizaciones como el Movimiento Migrante Mesoamericano, la situación en México se ha recrudecido en contra de los centroamericanos por el uso de la Guardia Nacional que ha reprimido y frenado el éxodo de migrantes, lo que ha derivado en redadas, prohibición de libre tránsito y con ello el fortalecimiento de las redes de traficantes y “coyotes” que se traducen en mayores riesgos de asalto, secuestros, extorsiones y violaciones.
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