junio 17, 2024 11:19 am

Luis Carlos Rodríguez

El tercer debate de las candidatas y el candidato presidencial evidenció el pésimo diagnóstico de los tres políticos sobre la grave crisis migratoria que vive México, que incluye el tema de más de 300 mil mexicanos desplazados por la violencia y por ende las pocas o nulas expectativas de que quien gané pueda afrontar este tema si ni siquiera les interesa o lo conocen.

Más allá de los gritos, sombrerazos, lugares comunes sobre lo que viven cientos de miles de migrantes extranjeros y mexicanos en nuestro territorio y en Estados Unidos, nadie delineó una nueva política migratoria que no pasé por la militarización y por los dictados de la Casa Blanca.

Xóchilt Gálvez, un poco más crítica, pero sin profundidad en sus planteamientos en el debate dijo que “la política migratoria de Morena es hipócrita. La 4T se dobló ante Donald Trump aceptando la devolución de migrantes de otros países, sin exigir que hubiera una regularización de nuestros compatriotas que viven en Estados Unidos”,

Asimismo, recordó que el incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde murieron 40 migrantes, pero nunca aludió al responsable de la misma, Francisco Garduño, titular del INM, quien goza de cabal libertad, duerme tranquilo y ni siquiera fue destituido del cargo y en una de esas, de ganar el oficialismo, hasta es ratificado.

“Dejaron morir a 40 personas en una estación migratoria en Ciudad Juárez por ineptos. Son tan irresponsables que hoy en Chiapas, producto de su falta de control de la frontera, están a merced de criminales que trafican con personas. Hoy la política migratoria la define el crimen organizado”, apuntó la senadora con licencia.

Sin embargo, en el tema de la presencia de la Guardia Nacional, que actualmente destina de más de sus 100 mil efectivos, casi todos militares y marinos, más de 33 mil a labores de contención, detención y deportación de migrantes, no hizo referencia, ni crítica alguna, pero sí perfiló que mantendrá a esa institución creada por López Obrador, pero con un mando civil.

Más descafeinadas, ausentes de autocrítica, sin mencionar masacres de migrantes y el control de crimen en el tráfico de personas, Claudia Sheinbaum, se limitó a decir que la política exterior López Obrador porque “se acabó la sumisión en la política exterior. Vamos a recordar el ‘comes y te vas’ de Fox, el operativo Rápido y Furioso que dejó entrar muchísimas armas a México; y la humillación de Peña Nieto frente a Trump”.

Amnesia total de la visita de López Obrador a Donald Trump a la Casa Blanca donde se desvivió en halagos para el republicano y cuyo discurso antimexicano llamó en campaña a los migrantes violadores, flojos y narcotraficantes. Tampoco recordó que a raíz de ese encuentro el tabasqueño inició el uso de la Guardia Nacional como Border Patrol y aceptó el programa “Quédate en México” para recibir a los deportados de otras nacionalidades.

En el país de la sonrisa eterna, Jorge Álvarez Máynez se limitó a plantear una reforma a la política migratoria mediante perfiles de otras ideologías políticas y conformar un grupo de expertos. También se guardó cualquier tipo de crítica de la grave situación de los migrantes, no se vaya a incomodar al oficialismo y a Palacio Nacional.

Así las cosas, malas, muy malas noticias, para los cientos de miles de migrantes en ambos lados de la frontera y peor aún para los más de 300 mil desplazados mexicanos que han huido de la violencia del narco ante el silencio del gobierno de la 4T y ahora ante el olvido de los candidatos presidenciales. Como dice López Obrador “lo peor está por venir”. Tal Cual.

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