
Foto cortesía del autor
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La artista mexicana Dana Aerenlund Véliz presenta desde el pasado 20 de febrero su en el Centro Asturiano de la CDMX su exposición “Un Canto a la Resiliencia” donde capta el dolor de cientos de miles de migrantes que cruzan por México, que enfrentan a la Guardia Nacional, al Ejército y que finalmente buscan cruzar el muro fronterizo para encontrarse con la Border Patrol, redadas y deportaciones,
Con profunda fuerza y capacidad de adaptación de un moderno ser vivo frente a la perturbadora y adversa realidad de hoy en día, regresa la pintora mexicana Dana Aerenlund Véliz (1947).
Un “Canto a la Resiliencia” se presenta en el Centro Asturiano de la Ciudad de México y es una exposición que nos presenta un momento donde la migración y la resiliencia entendida como la capacidad de adaptación de un individuo frente a una situación adversa se convierten en conceptos que se entrelazan como procesos
antropológicos de las sociedades de hoy.
Tras su última presentación plástica en nuestro país en el marco de la 48ª edición del Festival Internacional Cervantino (FIC), la reconocida artista acerca a los
capitalinos, la oportunidad de una muestra vigente, original y fresca.
A diferencia de un sin número de artistas plásticos Dana Aerenlund ha transitado el arte desde la relación poética de la simbolización de sus espacios. Y su recepción artística resulta extremadamente estimulante, invitándonos a acceder a este su mundo recreado, concebido y revelado.
Nacida en la ciudad de México, Dana Aerenlund Véliz ha expuesto en las principales galerías, organismos privados y públicos así como destacados centros
culturales y educativos de todo el país.
Sus ejercicios de simbolización y análisis de procesos sociales proponen conexiones donde el espectador se convierte en un cómplice de su obra, logrando
en este juego ambiguo la problemática de las ciudades contemporáneas.
México ha sido históricamente un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes la cual ha permitido construir una dinámica compleja forjando en si mismo un tejido social resiliente y que ha sido capaz de adaptarse a las nuevas realidades cambiantes para enfrentar a si diversos desafío de dolor y muerte que esta movilidad trae consigo.
Dana toma entre sus manos aquellos desafíos de numerosas almas migrantes convirtiéndolas en un crisol donde sus respuestas plásticas dialogan transmitiendo
no solo su estética dando con ello un profundo testimonio de su sentir.