
Luis Carlos Rodríguez/The Exodo
La Celebración de la Batalla del 5 de Mayo en Estados Unidos tiene más de 200 años de realizarse, sobre todo en Texas, pero los festejos en donde prácticamente participan toda la comunidad hispana y gran parte de anglosajona, este año se realiza en medio del odio impulsada por el presidente Donald Trump en contra de los migrantes de origen mexicano.
A pesar del clima adverso y de la insistencia de Trump de enviar tropas armadas a México, los festejos para millones de mexicanos se realizarán en medio de fiestas caseras, comunitarias, de clubes de paisanos donde el pozole, los tacos, el tequila, la cerveza, la carnita asada y los burritos harán olvidar un poco los tiempos difíciles que viven en territorio estadunidense.
Chapulines, tamales en todas sus variedades, tlayudas, cecina, infinidad de quesos y chiles típicos, frutas regionales como los nanches, chirimoyas, zapote, tacos de suadero, cabeza y al pastor, además de moles, achiote, refrescos, piñatas, panes como conchas, bolillos, cemitas y roscas, todo ello como parte de la invasión de la comida mexicana.
En Las Vegas, como en otras ciudades estadunidenses, los supermercados de comida mexicana en Estados Unidos ofrecen incluso más productos elaborados en México que las cadenas que operan en nuestro como Soriana, la Comercial Mexicana, Aurrera o Wall Mart.
“Es como estar en un mercado de un pueblo o colonia de México. Encuentras prácticamente todo lo que se necesita para preparar comida mexicana, ingredientes y carnes para una barbacoa, pancita, quesadillas, cochinita pibil, tamales de todos los sabores y rellenos o un buen pozole”, comentó la señora Berenice, de origen mexicano y quien radica desde hace varios años en Las Vegas.
De acuerdo a la organización Austin American Statesman, el 5 de Mayo se celebra en Texas como una forma de honrar la rica herencia cultural de las comunidades de ascendencia mexicana, particularmente los tejanos, quienes tienen profundas raíces históricas en el estado, según la Asociación Histórica del Estado de Texas. Después de la Revolución de Texas, los tejanos comenzaron a realizar fiestas patrias en la década de 1820 para reforzar sus lazos con México y celebrar su identidad bicultural única.
En ciudades como San Angelo y Houston, estas celebraciones tienen una larga tradición. En San Angelo, las festividades comenzaron con un gran desfile en 1910 y continuaron con grandes festivales, incluyendo eventos deportivos y conciertos escolares. Para finales de la década de 1920, la comunidad méxico-americana comenzó a organizar eventos a través del Comité Patriótico Mexicano, y en 1946, Estanislado Sedeno se convirtió en una figura clave en las festividades del Cinco de Mayo de San Angelo, organizando el evento durante 27 años en la Plaza Sedeno.
En Houston, las celebraciones se iniciaron en la década de 1920 a medida que la población hispana creció lo suficiente como para justificar un consulado mexicano. Las festividades iniciales incluían obras históricas en el Teatro Azteca y se expandieron con los años para incluir desfiles y bailes.
Para la década de 1960, grupos como el Hispanic Club Familias Unidas comenzaron a patrocinar eventos como el Baile Ranchero, celebrando la cultura mexicana a través de la música y el baile. Hoy en día, el Cinco de Mayo en Houston sigue siendo un evento importante, con varias organizaciones cívicas desempeñando un papel clave en mantener y ampliar las celebraciones.
“El 5 de Mayo, en particular, ha sido adoptado recientemente de manera más generalizada, de la misma manera en que otras celebraciones étnicas como el Día de San Patricio, Mardi Gras y Oktoberfest han encontrado aceptación en la vida cultural estadounidense”, según la Asociación Histórica del Estado de Texas.
Entre los festivales de mayor calidad y más visitados de Estados Unidos están el de Chicago (la fiesta en el parque Douglas atrae a unas 200.000 personas), la de Denver (400.000 personas en dos días), la de Portland, Oregon (el festival del parque Waterfront atrae a 300.000 personas) y el de St. Paul, Minnesota.



