
The Exodo/ Luis Carlos Rodríguez/Ruben Figueroa/foto
Tucson, Arizona.- Al menos 5 millones de niñas y niños de origen mexicano y de otras nacionalidades están en riesgo de que sus madres y padres sean deportados de Estados Unidos ante las políticas instrumentadas por el presidente Donald Trump.
Este fenómeno migratorio entre México y Estados Unidos tiene una variante que se denomina «maternidad transfronteriza o transnacional» y que se deriva del aumento en la cifra de mexicanas que cruzan la frontera en busca de empleo y las redadas que dividen familias y de las deportaciones masivas que se han radicalizado con Trump.
En Tucson, Arizona, Juanita Salinas, niña de 11 años nacida en esa ciudad y de padres oriundos de Caborca se ha quedado a cargo de familiares ante la deportación, hace unas semanas de sus padres a México.
De acuerdo un informe elaborado por dos organizaciones y activistas de Estados Unidos, la menor forma parte de los 5 millones de menores estadounidenses que viven con el miedo a que una orden de deportación entre en sus casas.
Doña María Hernández se pasea todos los días, desde hace una década, por los alrededores del Consulado de México en Tucson. Tiene la esperanza de que alguien la ayude a gestionar una visa o permiso que le permita reunificar a su familia.
Su marido fue deportado hace 10 años y ahora vive en Agua Prieta, Sonora, con tres de sus hijos. El resto, otros tres, viven con ella en esta ciudad estadunidense.
Ella vende comida, gelatinas, limpia casas y todos los días reza para que ocurra un milagro y su esposo pueda regresar a vivir y trabajar a Estados Unidos, de donde fue deportado por no tener su residencia legal y tras haber sido detenido por una falta menor de tránsito: la camioneta que conducía tenía fundido el foco de una direccional.
De 57 años, María es la prueba fehaciente de la política de tolerancia cero que ha separado miles de familias de origen mexicano y centroamericano, de los gobiernos de Joe Biden, Donald Trump y Barack Obama, sumado a políticas antiinmigrantes como la SB-1070, aplicada hace algunos años en estado de Arizona.
Madre de seis hijos, de los cuales los mayores -de 22, 20 y 16- nacieron en México y fueron deportados junto con su marido. Los más pequeños nacieron en Estados Unidos y están con ella, quien además de sus múltiples trabajos, cuenta con el apoyo legal y económico de una congregación religiosa.
“Hace 11 años que no veo a mis muchachos. El abogado y los agentes de Migración dicen que será imposible que mi esposo vuelva a entrar legalmente a Estados Unidos. Yo sigo peleando en la Corte.
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No puedo ir a México porque allá no hay trabajo y es muy peligroso vivir allá para mis hijos más pequeños. Hay mucha violencia, delincuencia y corrupción. Aquí en Tucson al menos los muchachos tienen escuela y alimento”, dijo doña María en entrevista.
A pesar de la adversidad, María aún cree en el “sueño americano” y forma parte de los millones de mujeres migrantes que dejan sus países en busca de empleo, bienestar económico o huyen de la violencia, pero que también dejan atrás a sus hijos, sus familias, lo que causa lo que se conoce como maternidad trasfronteriza.
A finales de abril, una familia venezolana solicitó que una niña de dos años sea devuelta a su madre luego de que autoridades estadounidenses deportaran a la madre a Venezuela sin la niña.
La menor, Maikelys Antonella Espinoza Bernal, permanece en un centro de acogida en Estados Unidos, según el Departamento de Seguridad Nacional.