diciembre 5, 2025 12:25 am

El Senado de la República se iluminó de color rojo con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, una conmemoración para hacer conciencia sobre los riesgos de esta enfermedad, apoyar a quienes viven con el virus, recordar a quienes han fallecido y movilizar a la comunidad para combatir la epidemia mediante la prevención, el acceso a tratamientos y la reducción de los estigmas alrededor de este mal.

El senador Emmanuel Reyes Carmona expuso que El tema de este año pone de relieve la necesidad imperante de

contar con nuevas medidas audaces, coordinadas e intersectoriales destinadas a hacer frente Al VIH y SIDA. 

Indicó el VIH y el SIDA es un tema que, lamentablemente, aún es tabú en nuestra sociedad. 

Por lo que al iluminar el Senado de la República de color rojo, además de rendir homenaje a quienes han sido afectados por esta enfermedad, también es símbolo de nuestra inquebrantable solidaridad y compromiso con la lucha contra la epidemia.

Los datos son contundentes: a nivel global, la Organización Mundial de la Salud estima que, más de 39,9 millones de personas están viviendo con VIH en todo el mundo.

En nuestro país, las cifras no son menos alarmantes.

• Según el último reporte oficial de la Dirección de

Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades

Transmisibles, se estima que desde 2014 a 2025 se han registrado 180,319 casos de VIH.

• Es menester socializar que 2025 fue el año con menor cantidad de diagnósticos. En 2024 tuvimos 18,895 a diferencia de 9,046 de 2025.

 

El titular de la secretaría técnica de la Comisión de Salud, Octavio Alberto Coutiño Niño, leyó un mensaje del presidente de este órgano legislativo, José Manuel Cruz Castellanos, quien hizo un llamado para eliminar barreras y asegurar que todas las personas que padecen esta enfermedad, sin excepción, tengan acceso a diagnósticos y tratamientos oportunos.

 

Agregó que a nivel global 40.8 millones de personas viven con VIH y, a pesar de que el acceso al tratamiento antirretroviral ha permitido salvar millones de vidas, la epidemia persiste con profundas desigualdades que golpean de manera desproporcionada a jóvenes, mujeres y poblaciones claves en México.