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TAL CUAL
¿La Masacre de San Fernando de la 4T?
Luis Carlos Rodríguez González
Hace 10 años y en medio de la guerra fallida de Felipe Calderón contra el crimen organizado y como parte de lo que él llamó “daños colaterales”, 72 migrantes centro y sudamericanos fueron secuestrados y asesinados por un cártel de la drogas en San Fernando, Tamaulipas.
Una década después son las mismas condiciones de violencia, inseguridad y persecución contra los migrantes en México. Los centroamericanos y haitianos están huyendo de la Guardia Nacional y buscando rutas más peligrosas, expuestas a los cárteles, a la delincuencia organizada, para extorsionarlos, secuestrarlos, enrolarlos en sus filas o asesinarlos.
De hecho la masacre de San Fernando cambió radicalmente la ruta migratoria. Los migrantes se bajaron del tren conocido como “La Bestia” para evitar cruzar por Veracruz y Tamaulipas, territorio controlado por un cártel y en donde los secuestros, asesinatos y fosas clandestinas son una triste e impune realidad, para subirse al “Diablo” que sale de Guadalajara, cruza por Mazatlán, atraviesa Sonora y llega a Mexicali.
Sin embargo, el crimen organizado y los cárteles parecen seguir teniendo cancha libre y las extorsiones y secuestros son el pan de cada día para los migrantes.
Es tan grave la situación que el Consejo Consultivo de Política Migratoria de la Secretaria de Gobernación alertó que las personas migrantes y solicitantes de asilo padecen de manera dramática una triple crisis sanitaria, económica y de violencia que se agrava por la ambigua política migratoria mexicana.
Señalaron que la vulnerabilidad de las personas en movilidad hoy, comparten similitudes de circunstancias que ocasionaron la masacre de los 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, por lo que exigieron medidas inmediatas para que este tipo de sucesos no se repitan.
Los especialistas señalaron el caso del programa ‘Quédate en México’ o MPP por sus siglas en inglés, que, entre enero de 2019 y marzo de 2020, más de 62 mil personas extranjeras han sido devueltas por Estados Unidos a México, para que esperen aquí las resoluciones de sus solicitudes de asilo.
A pesar de que el gobierno mexicano se comprometió a garantizarles empleo, regularización migratoria y protección, esto no ha sucedido dejándolas expuestas a crímenes y delitos.
“Hoy la Guardia Nacional es un muro humano para realizar detenciones, control y verificaciones en materia migratoria, que solo son competencia del Instituto Nacional de Migración (INM). Se está impulsando un despliegue militar que obedece a una política de externalización de fronteras que tiene como objetivo que terceros países contengan a las personas migrantes para que no lleguen a los Estados Unidos”, subrayaron.
En conclusión, seguimos subordinados a los que diga Estados Unidos en materia migratoria, en este caso Donald Trump. La violencia e impunidad crece y nuestra Border Patrol mexicana sigue correteando y hostigando migrantes. En pocas palabras, como en tiempos de Calderón, en el Gobierno de la Cuarta Transformación, la mesa está puesta para otra masacre como la de San Fernando. Esperemos que nunca ocurra. Tal Cual.
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