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TAL CUAL
EL REGRESO DE LA BESTIA
Luis Carlos Rodríguez González
México vive el regreso de “La Bestia”. A qué me refiero, pues simplemente al retorno de las políticas migratorias que instrumentaron los entonces presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, basadas en la contención, persecución, encierro y deportación de cientos de miles de migrantes centroamericanos y caribeños.
Estas políticas derivaron en un aumento de delitos en contra de los migrantes, lo mismo asaltos, extorsiones, secuestros, violaciones y asesinatos, ya que al instrumentar medidas dictadas por Estados Unidos en el marco de la Iniciativa Mérida y del Plan Frontera Sur, los obligaron a tomar rutas más peligrosas como subirse al tren conocido como “La Bestia” y exponerse a cárteles de la droga y al crimen dedicado al tráfico y trata de personas.
Em últimos 10 años un total de 70 mil migrantes centroamericanos, sudamericanos, caribeños e incluso mexicanos ha desaparecido en su tránsito por México al intentar cruzar la frontera hacia Estados Unidos, dijo a The Exodo, José Jacques y Medina, representante del Movimiento Migrante Mesoamericano.
El caso San Fernando, en abril del 2011, con más de 200 migrantes centro y sudamericanos asesinados y enterrados en fosas clandestinas de ese municipio de Tamaulipas es el más claro ejemplo de las consecuencias de una política migratoria de persecución y hostigamiento que deja en manos de criminales a los migrantes. Al parecer lamentablemente esa política ha regresado.
Recientemente, es decir en los últimos dos meses de este 2019, se han dado nuevos casos de desapariciones de decenas de migrantes en estados como Tamaulipas y Veracruz, donde comandos armados han detenido el paso de autobuses para secuestrar y desaparecer a los centroamericanos.
Una política migratoria “bipolar” del nuevo gobierno, donde por un lado se asegura que se protegerán los derechos humanos y el libre tránsito de los migrantes por el país y por el otro se lanzan operativos para detener a centenares de centroamericanos por parte de policías federales y de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), parece que será la constante para quedar bien con Donald Trump.
Derivado de esta política de persecución, detención y deportación, miles de migrantes que estuvieron viajando en caravanas en los últimos meses, ahora están regresando al lomo de metal de “La Bestia”, a recorrer caminos en las selvas y bosques, terracerías y ser víctimas de criminales que buscan ganancias mediante el tráfico de personas, la extorsión y el secuestro.
El pasado 23 de abril parece que fue el arranque de la temporada de caza de migrantes en el sur de México, cuando agentes federales y del Instituto Nacional de Migración (INM) detuvieron y deportaron a 367 centroamericanos. Escenas de niños que son separados de sus madres, jaloneos, llantos y dolor exponen la nueva realidad de la política migratoria mexicana. No es Estados Unidos, no es la Border Patrol, ni el ICE. Tal Cual.
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