julio 26, 2024 10:23 pm

Luis Carlos Rodríguez González/The Exodo

Huyen de la violencia en el llamado “Triángulo del Norte” conformado por El Salvador, Guatemala y Honduras, de los estrados de los huracanes, de la pobreza que ha dejado la pandemia y llegan a México, un país donde la violencia creciente se traduce en masacres como la de Camargo, donde asesinaron a 16 migrantes guatemaltecos, a la Guardia Nacional creada en este sexenio para detener, encerrar y deportar a los centroamericanos, pero también de la delincuencia que los extorsiona, secuestra y abusa sexualmente de ellas, las mujeres migrantes.

“Es la cuarta vez que trato de cruzar México, pero esto no había pasado antes”, asegura Kenny una mujer de 35 años procedente de Honduras. “Esta vez vine con mi vecino, y fuimos capturados por un grupo de delincuentes. Lo peor es que ellos también eran de Honduras. Policías mexicanos eran sus cómplice y nos entregaron a los miembros de esta banda. A mí me violaron. Me pusieron un cuchillo en el cuello, así que no me resistí. Estoy avergonzada de decir esto, pero hubiera sido mejor que me hubieran matado”.

Como ella, son más de 100 mil mujeres, adolescentes y niñas centroamericanas y caribeñas que cada año intentan cruzar por México, de un flujo total de 500 migrantes. Este año se prevé que la cifra se triplique por la pandemia y los huracanes del 2020 en la región a millón y medio.

Ellas cruzan por México para huir de la violencia y de la pobreza en sus naciones, se encuentran en nuestro país con lo que se denomina “la brutal ruta migratoria” donde el 31 por ciento de ellas son violadas sexualmente, de acuerdo a la organización Médicos sin Fronteras (MSF).

Sin embargo, datos de Amnistía Internacional exponen que el 70% sufre algún tipo de abuso sexual. El gobierno mexicano ha guardado silencio sobre esta violencia y abusos, que incluso se han documentado en estaciones del Instituto Nacional de Migración.

Desde el 2015, entre las mujeres migrantes que cruzan por el país se empezó a poner “de moda” la llamada “inyección México”, un anticonceptivo de larga duración para evitar quedar embarazadas ante posibles ataques de delincuentes, de otros migrantes o incluso de autoridades.

Por su parte, la Secretaría de Gobernación y Justicia de Honduras indica que las mujeres migrantes en su mayoría son jóvenes entre 20 y 40 años, solteras, cabezas de familias, que muchas veces huyen de la violencia doméstica y en su mayoría, realizan esta travesía teniendo algún tipo de responsabilidad familiar.

El vocero de la organización Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), Rubén Figueroa, dijo a The Exodo que en el actual gobierno de la Cuarta Transformación se han recrudecido la violencia, los abusos sexuales, los casos de trata de personas por parte del crimen organizado contra las mujeres migrantes y el acoso y detenciones por parte de autoridades migratorias y de la Guardia Nacional.

“Las mujeres migrantes son un grupo muy vulnerable y ellas están sufriendo de delitos como secuestro, abusos sexuales, trata de personas, extorsiones. Hay un aumento en los flujos migratorios de mujeres, de adolescentes, de niñas y no hay una política del gobierno mexicano para su protección”, apuntó.

“Al contrario, hay una política represiva del gobierno mexicano que se materializó en los últimos meses con el uso de la Guardia Nacional, que separa familias, que detiene mujeres y niños. Ello ha obligado a buscar rutas más peligrosas y con ello el gobierno la expone a las bandas de coyotes, de traficantes y con ello a la violación sexual, a la trata, al secuestro”, dijo el activista.

La investigadora de la Universidad de Arizona, Raquel Rubio Goldsmith, indicó por su parte que cada vez más mujeres solas y con niños, tanto mexicanas como centroamericanas, están intentando cruzar por México y por la frontera de Estados Unidos, por zonas cada vez más peligrosas, expuestas al desierto, al crimen organizado, ello con el fin de busca la reunificación familiar o retornar a territorio estadunidense después de ser deportadas.

El informe “Forzados a huir del Triángulo Norte de Centroamérica, una crisis humanitaria desatendida” de MSF destaca que la brutal ruta migratoria significa cruzar por México donde cada año aproximadamente 500 mil personas huyen de la violencia extrema y la pobreza del llamado “Triángulo del Norte” – El Salvador, Honduras y Guatemala- para encontrar en territorio mexicano a grupos del crimen organizado, coludidos con autoridades, que asaltan, secuestran, extorsionan y violan.

Médicos Sin Fronteras, agrega que la victimización de los migrantes es común, pues sufren robos, agresiones sexuales y tortura a manos de los traficantes, e incluso son abusados por parte de funcionarios gubernamentales responsables de proteger a las personas.

“Los centroamericanos que huyen de la violencia a menudo enfrentan más de lo mismo en la ruta migratoria a través de México”, añade la organización que expone que el 39 por ciento de los pacientes encuestados informaron que los ataques o amenazas en sus lugares de origen fueron su razón principal para huir.

Se expone que el 68 por ciento de los pacientes encuestados fueron víctimas de violencia mientras estaban en tránsito a través de México y lo que es más grave es que el 31 por ciento de las mujeres encuestadas fueron abusadas sexualmente a lo largo del trayecto.

www.thexodo.com

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