noviembre 13, 2024 3:20 pm

+Sufren estrés, ansiedad y depresión por sentimiento de vulneración, traición y miedo a sufrir más estafas

Por Luis Martín González

Ciudad de México, 9 jul. (AMEXI).- El fraude financiero que cometen ciberdelincuentes afecta física, mental y emocionalmente a las víctimas, impactando su salud en diversos ámbitos. Las personas defraudadas, principalmente adultos mayores y sus familias, presentan altos niveles de estrés, ansiedad y depresión debido al sentimiento de vulneración y traición, asociado al miedo a sufrir más estafas.

Un estudio de BioCatch en América Latina indica que uno de cada tres casos de fraude en 2023 fue con ingeniería social, es decir, usando mecanismos de manipulación emocional; los mayores aumentos se observaron en Brasil, México, Chile y Argentina. El 70% de las víctimas de fraude en Latinoamérica han sufrido pérdidas financieras. Es un problema social que requiere tanto prevención como apoyo emocional y psicológico.

Neli Freitas, Especialista en Servicio al Cliente y Prevención de Fraude, colaboradora de BioCatch, destacó que aprovechan el fácil acceso a redes sociales y aplicaciones como WhatsApp y Telegram. Usan Inteligencia Artificial (IA) pare crear “deepfake”, archivos de vídeo, imagen o voz manipulados mediante software para que parezcan originales, auténticos y reales.

Utilizan el aprendizaje artificial y consiguen engañar a las personas con facilidad, explotando la buena voluntad y el desconocimiento. “Generalmente cuando una persona ha sido víctima de un fraude se pasan por alto las consecuencias individuales en la salud física, mental y emocional”, mencionó la especialista en un comunicado.

“La experiencia de ser engañado en un fraude financiero implica algo más que pérdidas materiales; afecta a las víctimas emocional y psicológicamente, dejando cicatrices duraderas. Generalmente las víctimas no denuncian la mayoría de las estafas debido a la vergüenza, o a la culpa que sienten al haber sido defraudadas”, dijo por su parte Josué Martínez, Global Advisor de BioCatch.

Los adultos mayores están entre los principales objetivos de este tipo de fraudes cibernéticos, debido a que a menudo tienen activos importantes y porque su soledad puede llevarlos a interactuar con oportunistas. “Sin embargo, investigaciones también han demostrado que los adultos más jóvenes tienen la misma probabilidad de caer en alguna estafa”, añadió.

“Un delito financiero no solo afecta a la víctima sino a la familia en general. A menudo, las personas son atacadas repetidamente por sus ingresos, activos y aislamiento. Las personas que han caído en una estafa, tienen sentimientos de traición y desconfianza principalmente hacia la institución financiera. Muchas víctimas dejan de utilizar productos o servicios después de tales eventos”, agregó.

Una investigación de FICO, empresa en análisis crediticio, el 45% de las víctimas de fraude dejaron de utilizar el banco o institución financiera donde ocurrió el delito, el 23% de los consumidores que sufrieron fraude cancelaron sus tarjetas de crédito, y el 17% cerró sus cuentas bancarias”, anotó Neli Freitas.

De acuerdo con psicólogos y psiquiatras, a menudo las víctimas se sienten tontas o experimentan frustración después de haber sido estafadas. Como resultado, es posible que no quieran compartir su mala experiencia, debido a sentimientos de vergüenza que afectan negativamente su autoestima y bienestar emocional.

Un estudio de la Universidad de Cambridge reveló además que la ansiedad interfiere con la vida diaria y afecta la calidad de vida de las víctimas, como el sueño y la concentración; ello aumenta cuando la pérdida financiera es significativa y afecta la capacidad de pago.

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Foto cortesía de BioCatch.