Texto y fotografías: Eduardo Castañeda
Decenas de payasos realizaron una peregrinación hacia la Basílica de Guadalupe. Partieron de la Glorieta Peralvillo y, durante el recorrido, cantaron, celebraron, echaron porras e hicieron de todo para celebrar y conmemorar el oficio de las risas.
Chinelos, músicos, infantes… hubo de toda clase de payasos y cada uno, a su manera, acudió a la Basílica para agradecer a la Morenita por permitirles ejercer su labor.
“Cahuamil”, quien además de ser payaso, es padre, mencionó estar muy agradecido con la Virgen por ayudarlo para solventar a su familia y poder llevar alegría a la gente a través de su maquillaje y nariz roja.
Una vez que llegaron al mencionado lugar sacro, el padre los recibió con amabilidad y les dio la bendición. “A veces de la tristeza, de la angustia de la gente, ustedes (los payasos) son capaces de hacer reír en medio de esto. No es fácil lo que hacen”, comentó el padre durante la misa.
Al término del rezo, los payasos echaron una porra a la Guadalupana y cada uno continuó con su camino para volver el próximo año a agradecer y orar.