Foto: Rubén Figueroa
THEEXODO
Nogales, Sonora.- Extorsiones, engaños, cobro de piso para cruzar al otro lado, amenazas de muerte para obligarlos a llevar consigo una maleta con droga y la posibilidad de morir en el desierto de Arizona por insolación, son parte de lo que enfrentan diariamente migrantes mexicanos y centroamericanos que se atreven a retar al desierto de Arizona.
José es michoacano, de Aguililla. Un cártel mató a su hermano por negarse a ser extorsionado y a él le quemaron su camioneta y lo amenazaron. Salió huyendo del infierno de la llamada “Tierra Caliente” a la frontera que también controlan las mafias del tráfico de droga y de personas para llegar al embudo de la muerte en el desierto Sonora-Arizona.
Tiene dos meses en Nogales esperando la oportunidad de cruzar. “Ya me han ofrecido que cruzan los malandros, pero tengo que llevar una mochila con droga. Yo no quiero, porque si me agarra la migra es cárcel segura, si pierdo el cargamento me matan. Prefiero cruzar solo, pero esta muy difícil”, señala mientras limpia parabrisas a una calle de la garita que lo separa de Arizona.
De acuerdo con testimonios de otros migrantes, el llevar una mochila no es gratis. Deben pagar entre 2,000 y 2,500 pesos a los cárteles como “derecho de piso” para poder cruzar. Si los detiene la Border Patrol el silencio es su seguro de vida para cuando los deporten a México.
Mirza Monterroso, directora del Programa de Migrantes Desaparecidos y Programa de ADN del Colibrí Center for Human Rights, dijo a The Exodo además de obligarlos a traficar con droga, se ha incrementado la modalidad de cobrarles miles de dólares y abandonarlos en el desierto, lo cual es prácticamente una sentencia de muerte.
“La otra cosa que hacen es darles un teléfono. Les dicen que los van a cruzar, que va a ir un coyote, un traficante y a la hora de empezar a caminar los dejan solos, por varios días y sólo les van dando indicaciones por teléfono, lo cual es prácticamente una sentencia de muerte para los migrantes que se pierden fácilmente”.
Comentó que los migrantes, solos, sin un guía, sin un coyote o pollero tienen que caminar por zonas peligrosas, donde no hay señal de teléfono para poder evadir a la Border Patrol. Tienen que caminar hasta cinco, seis o siete días desde la frontera para llegar a Tucson o alguna otra población. Los que tienen suerte son encontrados por la Border, lo que no se pierden y muchos mueren”.
Expuso que de Nogales a Tucson los migrantes tienen que caminar hasta siete días para poder llegar. “Nadie puede cargar suficiente agua y el desierto está invadido por la Patrulla Fronteriza. Se tienen que aventurar a las áreas más peligrosas donde hay serpientes y otros animales como alacranes, pero la mayor parte de la gente fallece es por deshidratación”, apuntó.
Dijo que otra modalidad de este tipo de delitos son el incremento de extorsiones, ya que los delincuentes buscan en internet, en Facebook casos de personas desaparecidas en la frontera y contactan a las familias y les aseguran tener datos de dónde están. “Con la pandemia se han sofisticado este tipo de ilícitos”.
“Toman las fotos publicadas en Facebook de personas desaparecidas y las editan para que parezcan que están en una ciudad de Estados Unidos y llaman a la familia. Les piden cantidades entre 3 mil y 5 mil dólares. Les prometen que saben su paradero”
“Lamentablemente han sido bien exitosos en robarles el dinero. Los engañan, los extorsionan. Cuando piden pruebas les mandan una foto editada por Wasap y de inmediato la borran, en dos o tres minutos. Los sorprenden”, agregó la arqueóloga en ciencias forenses.
Indicó que esto ha aumentado muchísimo durante la pandemia. Nosotros tratamos de proteger a las familias y les decimos que si quieren pongan nuestro número y no el de ellos para evitar extorsiones y engaños.
“Lo cierto es que aún con la pandemia, en este 2021 y en el 2020 aumentaron los cruces de mexicanos y centroamericanos, pero también la gente que se perdió a falleció en el desierto. En las pertenencias junto a los restos de los migrantes encontramos siempre hay un poco de dinero, dólares o pesos, rosarios, estampitas con santos para rezar, muchos papelitos con números de celulares, pastillas para el dolor del cuerpo, cobijas, fotografías de sus familias”.