Los migrantes centroamericanos, sudamericanos y de otras naciones que intentan cruzar por México para lograr el llamado “sueño americano” se enfrentan a la ruta más letal del mundo, ya que en 2022 fallecieron o desaparecieron al menos 686 personas, destacó el informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
“La cifra representa casi la mitad de las mil 457 muertes y desapariciones de migrantes” documentadas en el continente americano en 2022, “el año más mortífero” del que se tenga registro desde que el Proyecto Migrantes Desaparecidos (MMP) de la OIM comenzó con sus actividades en 2014, según la misma fuente.
“En 2022, se registraron 668 fallecimientos de personas migrantes (100 mujeres, 454 hombres, 31 menores y 83 con sexo y edad indeterminados)” en la frontera entre Estados Unidos y México, indicó el resumen regional anual de la OIM.
Si bien hay una disminución de 8% en los decesos en relación a 2021, la cifra de 2022 “posiblemente es superior a lo que la información disponible indica”, ya que faltan datos oficiales, incluyendo del condado fronterizo en Texas y de la agencia mexicana de búsqueda y rescate.
Las principales causas de muerte en la inmensa frontera entre Estados Unidos y México fueron ahogamiento (212), accidentes en vehículos o muertes vinculadas a transporte peligroso (71) y condiciones ambientales extremas y falta de albergue, comida y agua adecuados (156).
Casi la mitad (307) de las muertes se produjeron en los desiertos de Sonora y Chihuahua. Como comparación, en el desierto del Sahara se registraron 212 muertes en 2022, aunque la OIM advierte que probablemente los datos están incompletos.
En América del Norte, los países con mayor número de migrantes fallecidos fueron México, Guatemala y Cuba, precisa la OIM.
“Estas alarmantes cifras son un crudo recordatorio de la necesidad de que los Estados accionen firmemente”, dijo Michele Klein Solomon, directora regional de la OIM para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, citada en el comunicado.
Según el informe, “una de las tendencias más preocupantes fue el incremento de las muertes a lo largo de las rutas migratorias en el Caribe, con 350 muertes documentadas en 2022 en comparación con los 245 registrados en 2021”.
Las rutas marítimas más peligrosas de la región son aquellas con destino a Estados Unidos, la ruta desde el Caribe a América Central y el trayecto de República Dominicana a Puerto Rico.
Migrantes de República Dominicana, Haití y Cuba representaron la mayor cantidad de muertes de la zona del Caribe.
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Por su parte, la inhóspita selva de Darién en la frontera entre Panamá y Colombia, otro lugar por donde pasan las rutas de la migración hacia Estados Unidos, registró 141 muertes documentadas de migrantes en 2022. En 2021 se registraron 51 y en el año 2020 se registraron 26 casos.
“Estos datos representan una estimación mínima de las cifras reales, informes anecdóticos continúan reseñando que gran cantidad de personas migrantes fallecen en el Parque Nacional de Darién -incluso hay testimonios de personas que han sepultado a otros migrantes fallecidos en la selva- y sus restos nunca son recuperados”, señala la OIM.
Esta ruta es objeto de crecientes controles por parte del gobierno panameño, que el viernes anunció que intensificará la deportación de los migrantes que ingresan al país por esa frontera natural de 266 km de largo y 575 mil hectáreas de superficie.